Supervivencia en el desierto

Manuel Vigo, Comandante de operaciones especiales que ya vino en el primer trimestre, nos habló de su experiencia de cuatro años (1964-1968) en el Sahara español (actual Sahara Occidental), en la ciudad de Esmara en una época en la que hubo Guerra no declarada hasta la marcha verde, con muertos (alguna vez 600 en un día sin noticias en la prensa por la censura), en la que tuvo la experiencia de convivr con unas temperaturas extremas. Siguiendo las costumbres del lugar, tuvieron que hacerse a las cinco tomas diarias de té (tres vasos pequeños en cada toma cada cual más dulce) como única bebida de agua. Recordó cómo los soldados moros disparaban muy bien a 300 metros pero mal a una distancia menor, por el acostumbramiento visual a mirar habitualmente al horizonte en el desierto, cómo sufrieron ataques por soldados marroquíes que, después de disparar, se enterraban bajo la arena, envueltos en su turbante y respiraban a través de la tela y la arena fina. Una buena tertulia de aventuras para el mediodía.